Rosa Olalla Acosta, presidente DE LA COMISIÓN DE RÉGIMEN INTERIOR DE LA CES. Abogada del despacho Monte rey Abogados y experta en Igualdad y en mediación de conflictos laborales y negociación colectiva, junto con Antonio Guardia Carrasco, responsable territorial del Servicio de Prevención Mancomunado de la Construcción en Andalucía de la Federación Andaluza de empresarios de la Construcción (FADECO), hemos analizado si las empresas del sector de la Construcción están realmente concienciadas de la conveniencia de una estrategia de igualdad, tanto pymes como grandes empresas. Este espacio de entrevistas que se enmarca en un proyecto de colaboración entre la CES y el Ayuntamiento de Sevilla, subvencionado por éste, para fomentar la implantación de los Planes de Igualdad en las empresas.
La industria de la construcción ha sido tradicionalmente un sector masculino, condición que se ha venido justificando, entre otras cuestiones, por las duras condiciones del trabajo. Sin embargo, la evolución del sector hacia una mayor mecanización e industrialización hace posible que hombres y mujeres puedan acceder y ejecutar las mismas tareas profesionales en igualdad de derechos y oportunidades.
Por otra parte, se han creado nuevos puestos de trabajo gracias a actividades derivadas de la eficiencia energética o de las construcciones ‘verdes’ que ofrecen un alentador horizonte para profesionales especializados, mujeres y hombres.
Ya el Convenio General Sector Construcción en abril 2019 incluye la obligación de suscribir Planes de Igualdad en empresas de más de 100 trabajadores mejorando lo establecido en la legislación general que en ese momento era empresas de más de 250 trabajadores. Real Decreto 901/2020, de 13 de octubre establece que, a partir del 8 de marzo de 2022, deberán tenerlo todas las empresas de más de 50 personas en plantilla.
Los retos a los que se enfrenta el sector son diversos, ya que las mujeres no se ven a sí mismas como trabajadoras de la construcción; no hay opciones para ellas o no se ven capaces de hacer el trabajo.
Los obstáculos atañen tanto al mercado de trabajo: existe la posibilidad de que un trabajo realizado por una mujer se considere menos profesional por parte de empresas o clientes, como con los propios compañeros.
Tanto desde empresas como desde organizaciones empresariales y sindicales se vienen desarrollando desde hace tiempo herramientas que permitan esa implantación de igualdad, por ejemplo, el proyecto Women can build con los siguientes objetivos:
Despertar conciencias y abogar por la igualdad de oportunidades, mejorando las condiciones sociales del sector, fomentando la profesionalización, a través de una formación de calidad; e impulsando la inserción laboral, con la activación del mercado de trabajo.
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